sábado, 23 de noviembre de 2019

Tercer día: Royal Mile y tiendas de Harry Potter

A modo de seguir con la rutina de los dos días anteriores, la última jornada no podía empezar de otra manera: la visita a una cafetería. Sin embargo, esta es un tanto especial. Un rincón alejado de la fascinación por Harry Potter que vive en su casi totalidad la ciudad. Un descanso para nuestro cuerpo, puede que ya algo cansado. Pero, curiosamente, su no relación con nada relativo a J. K. Rowling hizo que la autora se fijase en él para convertirlo en otro sitio de culto para los fans.

Resulta que la cafetería, con el objetivo de desmarcarse de todos los establecimientos que decían ser fuente de inspiración y de escritura para la autora, escribió en una pizarra: 'J. K. Rowling nunca escribió aquí'. Para seguir con la guasa, la autora visitó el lugar y añadió debajo la siguiente inscripción: 'Ni nunca lo haré'. Desde luego, ahora sí que ha escrito.


Mensaje de J. K. Rowling.
 Fuente: https://twitter.com/jk_rowling/status/693104094286868481


Por la mañana y continuando con el culto a la escritora de fantasía por excelencia, Royal Mile es una parada obligatoria. En el suelo están las huellas de las manos de las personalidades más importantes de Edimburgo. Y, cómo no, nuestra J. K. Rowling se encuentra entre ellas.

Manos de J. K. Rowling




Antes de despedirnos de la ciudad de Edimburgo, es casi imprescindible llevarse un recuerdo en forma de producto, ya sea para regalárselo a alguien o para uno mismo. Y para ello no hay mejor lugar que volver al Callejón Dragón, visitado el primer día, para comprar cualquier cosa relacionada con Harry Potter.

Solo queda volver al hotel, curar las llagas que puedan haber salido en los pies, cerrar definitivamente el paraguas y esperar a que el regreso a esta increíble ciudad no tarde en llegar.


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